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Mostrando entradas de diciembre, 2023
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BORDA (1) Muchas veces he contado sobre el Borda, porque ahí está el médico que me atiende por la fibromialgia y, ahora, también mi diabetóloga. Es un hospital con un extraño encanto: poca gente. La mayor parte de los pacientes internados deambulan por parques y pasillos, por lo cual hay que ir munida de cambio y cigarrillos como condición sine qua non. Muchos piden para la yerba, para el jugo, para un sándwich… Suelen mostrar cuánto dinero tienen para resultar creíbles ante su interlocutor. Son astutos: saben perfectamente quiénes somos los que vamos de cuándo en cuándo y quienes trabajan allí y están todos los días. El Borda es como una casa gigante donde todo el mundo se conoce, ya sean médicos, enfermeros y enfermeras, maestranzas y hasta los bufeteros del kiosco que les saben el nombre y las mañas a cada uno de los pacientes que viven allí. Hay los que saludan cuando una entra y, si volvemos a pasar tres o cuatro veces por el mismo lugar, reiteran el saludo como la primera vez...
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REGALO DE NAVIDAD   Hace dos o tres días vinieron Camilo y Malena. Fue cuando me preguntaron... -Abuelita (siempre me llaman en diminutivo) ¿No vas a armar el arbolito? -No. -¿Por qué? -Porque no tengo ganas - en buen tono, pero decidida. -¿Porque no está el abuelo? -Sí, entre otras cosas. -¿Querés que te lo armemos nosotros? Porque es lindo tener arbolito - sostiene Malena muy convencida mientras yo pienso "¿para qué si estoy sola? ¿Para quién? Siento que he perdido ese encanto de engalanar la casa como otros diciembres. -Bueno, si quieren... - respondo. Me invade la indiferencia pero trato de disimularla ante ellos. Ayer me llamó Malena con un plan totalmente listo: -Abuelita, mañana vamos con Cami a armar el arbolito. Nos quedamos a cenar. A las seis y media me voy a inglés. A las ocho y media me pasa a buscar mi mamá y me lleva a tu casa de nuevo. Ella se va porque se tiene que reunir con sus amigas y después nos pasa a buscar como a la una. ¿Te parece bien...
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 VÍSPERA A muchos, este sábado los llena de angustia, tristeza, pesadumbre, bronca, odio, impotencia, miedo, pánico. Hay en los medios una hermosa campaña de rumores, desinformación, supuestos adelantos de lo que vendrá, malos augurios como el de Buzzi quien dijo que el kilo de carne costará 25.000 pesos, etc. Tenemos que pensar a qué apunta esa campaña y la respuesta, de tan simple, parece invisible: a que nos paralicemos, nos asustemos y, sobre todo y como consecuencia, nos desmovilicemos. He leído a muchos que habrá que “resistir”. Sin embargo, en nuestro contexto histórico más reciente está instalado el “resistir con aguante”, algo que ha significado, en las mayorías, SOPORTAR, bancar, callar y ACEPTAR con puteadas por lo bajo. La práctica ha demostrado que NO SIRVEN ni la consigna ni la actitud. Ésas y no otras permitieron que Macri hiciera lo que hizo, con el aval de muchos diputados y senadores peronistas, con la ley previsional, los ajustes en los servicios, los presupu...