SIN VUELTA Yo le dije callate, che, callate que la vas a ligar, pero él no, él hablaba y hablaba sin parar. Yo veía que por atrás se venía la furia, ¿viste esa furia que se ve en los ojos de la gente, que parece que le sale fuego por los ojos? Bueno así era la furia de él, y yo sabía. Por eso le dije al Juan callate, callate, pero nada. Y a mí me empezaron a temblar las piernas y se me mojaron las manos, ¿podés creer?, se me mojaron las manos, como si me chorrearan, y hasta me dieron unas ganas bárbaras de hacer pis, me meaba. Pero no lo podía parar al Juan, no había forma, no me daba ni cinco de bola, y yo por atrás le tiraba del saco y él, con rabia, me sacaba la mano y me decía, dejá, dejá, y yo me la veía venir... Éste se cree que me puede parar, que tratando de frenar al otro me puede parar. Pero no, señor, mocosos de mierda, me tienen podrido. Ya les tengo dicho que se me comporten, que hagan lo que les digo, que no les voy a dejar pasar una. Sabiendo lo que estaba pensando el ti...